Si no diferenciamos ira y enfado, no lograremos comunicarnos bien desde esta emoción

En muchos casos, y desde pequeños, aprendemos a rechazar, ignorar y contener nuestras emociones, incluido el enfado.
Y ya de mayores, cuando salimos al mundo real y tenemos que expresarnos y poner algunos límites… lo que puede ocurrir es que no sepamos cómo hacerlo y una de las opciones puede ser la de explotar de mala manera y perder los papeles.
A medida que vamos teniendo experiencias, esa conducta se queda fijada en nosotros.
Y nos relacionamos desde la convicción de que no se puede hacer de otra manera.
Es importante comprender que el enfado es una emoción neutra que nos quiere aportar información para que la gestionemos sin necesidad de conectar con su carga emocional, la ira.
En muchos casos no será necesario liberar tanta energía para gestionar eso que esté sucediendo, si nuestra vida no corre un peligro real.
Para mí, el punto intermedio y muchas veces de no retorno es el tan conocido y mal visto cabreo.
Esa mecha corta que se enciende y que muchas veces no sabemos por qué.
El enfado esconde muchas otras emociones, sentimientos y pensamientos que, si no estamos atentos, hacen la función de mechero provocando ese pequeño incendio en nuestro interior.
Las mujeres que tienden al cabreo y se interesan por el proceso "Gestiona Tu Ira", acuden por sentirse mal y agotadas.
Están hartas de su malhumor y temen fastidiar alguna que otra relación.
Esa relación puede ser con la pareja, con los hijos, con el equipo de trabajo…
Cuando se enfadan dicen cosas de las que luego se arrepienten y se sienten mal, fatal… y no saben cómo arreglarlo.
Y tampoco saben qué hacer para evitar que vuelva a suceder.
Son mujeres idealistas, perfeccionistas y exigentes.
Disponen de mucha energía y se sienten cómodas estando ocupadas.
Son resolutivas y les gusta que las cosas se hagan a su manera.
Les gusta hablar claramente y decir las cosas a la cara.
Muchas veces olvidan poner filtro a sus palabras y son excesivamente directas.
Son impacientes y sienten la necesidad de resolver lo que sea ya.
Han estado tan ocupadas haciendo, controlando y responsabilizándose… que hasta este momento quizás habían vivido en un estado de olvido de ellas mismas y ahora es cuando se dan cuenta de que:
> De nada sirve tirar balones fuera y culpar constantemente al exterior.
> Mostrar dureza y rigidez no les está beneficiando y tienen todas las de perder.
> No son malas personas y quieren hacer algo diferente para dejar de sentirse mal.
> Quieren dejar a un lado la frustración y la impotencia por no saber gestionar determinadas situaciones.
> Quieren abrirse a otras personas y mostrar su parte bondadosa y dulce.
> Quieren dejar de enfadarse por verdaderas chorradas.
> Quieren salir de esa cuadrícula que no les permite ver más allá.
> No están enfadadas con el mundo, ahora saben que están enfadadas con ellas mismas.
Y es que...
> Lo único que quieren es ser felices, estar tranquilas y disfrutar de la vida.
Han llegado a ese punto en el que se ha llenado tanto el recipiente...
se ha erosionado y dañado tanto...
Se han dado cuenta y dicen basta.
Saben que es un buen momento para dar el primer paso, aprender a gestionar el enfado y disfrutar de una vida más tranquila.
Sonia Diaz Rois
Coach y Mentora especializada en gestión de la ira
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