24 de septiembre de 2025
Wing Wing, el innovador proyecto de alitas de pollo al carbón creado por Nicolás Nájera, discípulo de Dabiz Muñoz, llega al Mercado de San Leopoldo tras revolucionar el delivery madrileño desde su lanzamiento en la primavera de 2025. Con una propuesta que fusiona fuego, carbón y procesos de alta cocina, la carta de Wing Wing es un auténtico pasaporte gastronómico con hasta cuarenta salsas artesanales –creadas por su chef– para viajar por todo el mundo. Madrid, 25 de septiembre 2025 – La zona nota de Madrid –el distrito de Tetuán– suma un nuevo referente gastronómico con la llegada de Wing Wing al Mercado de San Leopoldo. El proyecto, impulsado por el chef Nicolás Nájera –ex jefe de producción en GoXo y miembro clave en RavioXo, conceptos creados por el triestrellado Dabiz Muñoz–, da un paso decisivo tras su éxito en delivery con la apertura de su primer punto de venta físico. Desde marzo de 2025, Wing Wing ha revolucionado el panorama culinario madrileño con una propuesta basada en el fuego, el carbón y procesos de alta cocina aplicados a un producto tan popular como las alitas de pollo. La visión de Nájera es clara: “hacer accesible la creatividad, los sabores y la versatilidad de la alta cocina al gran público”. Wing Wing ofrece alitas a la brasa cocinadas en tres fases, sin frituras ni rebozados, con ingredientes naturales y una extensa carta con hasta 40 salsas de autor que funcionan como un pasaporte gastronómico. En cada bocado el comensal puede viajar desde un mole poblano o un chimichurri argentino hasta un pad thai tailandés o un glaseado de miso japonés, sin olvidar los sabores de casa como la brava o el sofrito de la abuela. La llegada al Mercado de San Leopoldo supone la consolidación del proyecto en un espacio físico. Reabierto en 2023 tras la rehabilitación de una antigua galería comercial inaugurada por primera vez en 1973, el Mercado se ha convertido en el gran destino gastronómico del norte de Madrid. Situado en el barrio de Tetuán, junto a Plaza de Castilla y a las Torres Kio, reúne propuestas tan reconocidas como Casa Dani, Juancho’s BBQ, La Martinuca, Trompo, Döggo u Oguis, y se ha consolidado como lugar de encuentro para vecinos, trabajadores de la zona y visitantes. Con una mezcla única de tradición castiza y espíritu contemporáneo, el Mercado de San Leopoldo ofrece una atmósfera divertida y desenfadada. Su experiencia en la que puedes disfrutar en el mismo pedido de comida de diferentes puestos, actuaciones en directo y compromiso con la sostenibilidad —incluyendo iniciativas como el uso de agua de grifo de Madrid para reducir residuos plásticos— lo ha convertido en referencia de la nueva escena gastronómica madrileña. “Para el mercado la entrada de Wing Wing es muy interesante ya que es un proyecto que junta un chef con una carrera brutal trabajando con los mejores y un producto muy fácil y que gusta a todo el mundo. Son raciones que pueden servir de principal o de acompañante para otro plato del mercado”, cuenta Leopoldo Guzmán, director del Mercado de San Leopoldo. En palabras de Nico Nájera, “Para nosotros el mercado es el sitio ideal para iniciar nuestro recorrido frente al público. Hay un ambiente único el que el público ya entra con ganas de probar opciones distintas y creativas. Perfecto para nuestra propuesta gastronómica.” Una experiencia que da la vuelta al mundo El éxito del proyecto se ha cimentado en un equilibrio entre calidad e innovación. Wing Wing ha conseguido posicionarse como una alternativa saludable y deliciosa a la comida rápida tradicional. En apenas unos meses ha alcanzado un volumen de 350 kilos de alitas semanales, cifra que demuestra el entusiasmo con el que Madrid ha recibido esta propuesta. En la carta de Wing Wing, las alitas se organizan por bloques temáticos que permiten explorar sabores de distintos rincones del mundo, todas ellas en raciones de 8 unidades, con hasta 40 variedades diferentes. Todas ellas son elaboradas de manera artesanal. En el apartado de alitas españolas se encuentran sabores como el Tradicional, con su sabor parrillero original realzado con una reducción de caldo de pollo; Sofrito de la Abuela, cocinado lentamente durante ocho horas; Brava Picante, con el carácter del pimentón de la Vera; y Cebolla Caramelizada al Pedro Ximénez, dulce, profunda y con el toque elegante del vino dulce. En la sección de alitas americanas destacan propuestas como Miel y Mostaza, que juega con el equilibrio entre lo dulce y lo agrio; Carbón –creación única del chef– con ajo negro, miso y carbón activo; Acevichada, inspirada en recetas mexicanas con achiote y notas cítricas; Barbacoa Original y su versión Ahumada, con humo de sarmiento; Búfalo Clásica y Búfalo Picante, ambas con base de mantequilla, vinagre y chile, que van desde lo suave hasta lo más intenso; Pibil (inspirado en recetas mexicanas con achiote y notas cítricas), Mole Poblano (mezcla de chiles, cacao y especias), o Mango y Chile, Tamarindo Agridulce y Chipotle y Fresa, que exploran combinaciones entre lo dulce, lo picante y lo afrutado tropical. También hay bloques de alitas asiáticas y europeas/africanas, donde se incluyen propuestas como Teriyaki, Tikka Masala o Barbacoa Coreana, cada una con su sello en sazón, especias y método de cocción. Algunas de estas salsas cuentan con un proceso de preparación 100% artesanal que incluye varias horas de cocción para conseguir sabores profundos y matizado. El precio es 11,5€ la ración de 8 unidades. Pero la experiencia Wing Wing no se limita a las alitas. El menú se completa con guarniciones caseras como coleslaw auténtico, patatas rotas con receta secreta y maíz a la brasa con queso fresco y tajín, además de postres que han logrado enamorar a los clientes, como el Brownie de chocolate con caramelo salado o el sorprendente Arroz con leche al carbón coronado con arroz Ku Bak de canela y azúcar. Así, la llegada de Wing Wing al Mercado de San Leopoldo confirma el éxito de ambos proyectos. Por un lado, el concepto de alitas de pollo se consolida como un modelo innovador que acerca la alta cocina al terreno popular; y, por otro, el Mercado refuerza su papel como epicentro gastronómico del norte de la capital, siendo capaz de reunir en un mismo espacio lo mejor de la tradición y las tendencias más contemporáneas.