10 de diciembre de 2025
Madrid, 10 de diciembre de 2025. – Capgemini ha presentado hoy su informe “TechnoVision: Las 5 principales tendencias tecnológicas a tener en cuenta en 2026”, en el que destaca las tecnologías que se espera que alcancen un punto de inflexión el próximo año. Si bien la inteligencia artificial (IA) y la IA generativa (Gen AI) siguen siendo fundamentales, su influencia se extiende ahora al desarrollo de software, las arquitecturas en el Cloud y las operaciones empresariales. Estas tendencias reflejan un cambio hacia una mayor integración, resiliencia y valor empresarial tangible. “El año pasado, las 5 principales tendencias tecnológicas de Capgemini predijeron especialmente el auge de la robótica basada en IA, una visión que se hizo realidad tanto en el mercado como en Capgemini con el lanzamiento de nuestro Laboratorio de Robótica y Experiencias basadas en IA y la experimentación actual con Orano”, explica Pascal Brier, director de innovación de Capgemini y miembro del Comité Ejecutivo del Grupo. “De cara a 2026, la IA va más allá de la experimentación y entra en una fase de madurez. El próximo año veremos cómo la IA se convierte en la columna vertebral de la arquitectura empresarial, remodelando el ciclo de vida del desarrollo de software y redefiniendo el uso del Cloud. Al mismo tiempo, los sistemas empresariales están experimentando un cambio fundamental hacia operaciones inteligentes, mientras que la soberanía tecnológica surge como una prioridad estratégica, lo que impulsa a las organizaciones a construir una interdependencia resiliente”. Tecnologías a tener en cuenta en 2026: El año de la verdad para la IA La IA es, sin duda, la tecnología que define esta década, pero el ritmo de inversión ha superado la velocidad a la que las organizaciones la han implementado y han obtenido valor de ella. Al evaluar dónde fracasaron algunos de sus experimentos con IA para obtener los resultados esperados, los líderes empresariales comprenderán ahora que el problema no provenía de la tecnología en sí, sino del enfoque y la metodología empresarial. Las implementaciones a gran escala llevarán tiempo, y el valor a largo plazo no residirá en casos de uso aislados de la IA, sino en implementaciones a nivel de toda la empresa. Mientras comienza la verdadera fase de crecimiento, está surgiendo un ecosistema de IA más arraigado en el valor operativo y la arquitectura empresarial, que parte de las bases de datos y la infraestructura, y se centra en la “química entre el ser humano y la IA”. El año 2026 será el momento de pasar de la prueba de concepto a la de impacto, garantizando que la IA impulse resultados medibles, la confianza y la colaboración a gran escala, al tiempo que se sientan las bases para una transformación de mayor alcance en el futuro. Por qué es importante: El ritmo de desarrollo de la IA no muestra signos de ralentización y la oferta disponible en el mercado sigue creciendo. Mientras tanto, tras años de proyectos piloto fragmentados, 2026 será un año de avances significativos, en el que las organizaciones invertirán en la preparación de datos e IA y, lo que es más importante, en la “química entre humanos e IA”, alejándose del bombo publicitario para aprovechar el potencial transformador de la IA. La IA se apodera del software El software conquistó el mundo y ahora la IA está conquistando el software. La IA está transformando el ciclo de vida del desarrollo de software en todos los sectores, pasando de escribir código a expresar intenciones. Tras años de automatización y aceleración impulsada por DevOps, la IA genera y mantiene cada vez más componentes de software. A partir de ahora, los desarrolladores especificarán los resultados, mientras que la IA generará y mantendrá los componentes, acortando los ciclos de entrega y mejorando la calidad. Sin embargo, la gobernanza y la supervisión siguen siendo fundamentales para evitar alteraciones, brechas de seguridad y errores inadvertidos. Esta nueva era de “reconstrucción del software” en toda la cadena de valor se alinea con la conversión en una empresa nativa de IA, que opera en plataformas adaptativas en lugar de estáticas. Este enfoque abre oportunidades para crear sistemas más adaptables y soberanos, lo que reduce la dependencia de los proveedores de software como servicio y permite la diferenciación a través de productos personalizados a precios competitivos. Por qué es importante: En 2026, este cambio redefinirá cada vez más las funciones, haciendo que la supervisión humana y el control de calidad sean esenciales para la confianza y la resiliencia. Las organizaciones comenzarán a reconstruir sus aplicaciones y deberán centrarse en reciclar a su personal de desarrollo de software en un futuro próximo. La nueva moneda de cambio de la experiencia residirá en el pensamiento sistémico, la IA y la coordinación de agentes, y la gestión de procesos y cadenas de herramientas complejas y autónomas. Cloud 3.0: todas las variantes del Cloud El Cloud está entrando en su siguiente fase de evolución, una fase en la que las arquitecturas híbridas, privadas, multicloud y soberanas ya no son un nicho, sino fundamentales para el funcionamiento de la IA a gran escala, hasta el punto de que se están convirtiendo en la columna vertebral operativa de las cargas de trabajo de IA y de sistemas autónomos. La IA no puede escalar y obtener el rendimiento adecuado solo con el Cloud público clásico, lo que impulsa la adopción de todos los demás modelos de Cloud. De hecho, los sistemas agénticos se basan en infraestructuras escalables y de baja latencia, con el edge y el Cloud funcionando como una única estructura inteligente. Además, las interrupciones a gran escala y las presiones geopolíticas aceleran las estrategias de diversificación y resiliencia. Si bien las plataformas híbridas se convertirán en la norma, las organizaciones rediseñarán las arquitecturas para obtener rendimiento, portabilidad, soberanía y autonomía estratégica con el fin de garantizar la continuidad del negocio. Por qué es importante: Cloud 3.0 aumentará las posibilidades de que las organizaciones adapten su consumo del Cloud a sus diversas necesidades, especialmente en términos de redundancia de activos, criticidad y latencia. Sin embargo, aunque esto puede añadir resiliencia, también podría aumentar la complejidad de su gestión, lo que ejercería presión sobre los proveedores de Cloud para que mejoren la interoperabilidad en sus estrategias de múltiples proveedores. En la era de Cloud 3.0, las organizaciones deberán asegurarse de que cuentan con las habilidades adecuadas, una gobernanza ágil y una mentalidad adaptable que les permita operar con confianza en diversos entornos del Cloud. El auge de las operaciones inteligentes Los sistemas empresariales están evolucionando desde sistemas estáticos de registro hasta convertirse en motores activos de operaciones inteligentes: se trata de una “revolución copernicana ” en la que los procesos pasan a ser el centro de atención, en lugar de aplicaciones añadidas. Con las promesas de los sistemas agénticos, las empresas tienen la oportunidad de replantearse y rediseñar sus procesos empresariales para que sean capaces de mejorar por sí mismos, adaptables y ágiles. Las empresas buscan ahora orquestar procesos completos, en lugar de pasos aislados, para ejecutar operaciones conectadas que rompan los silos, creen cadenas de valor integradas y permitan la optimización de toda la organización. Los agentes de IA integrados en los procesos centrales están empezando a supervisar la actividad, optimizar la ejecución, resolver excepciones y orquestar flujos de trabajo en las áreas de finanzas, cadena de suministro, recursos humanos y servicio al cliente. La automatización pasará a ser una dirección conjunta entre humanos e IA, en la que la IA propone y ejecuta, mientras que los humanos supervisan y gobiernan. La supervisión se convertirá en un principio de diseño para garantizar la confianza y la resiliencia. Las operaciones inteligentes permitirán a las empresas pasar de ser reactivas a proactivas, reduciendo las ineficiencias y mejorando la agilidad. Las aplicaciones y las operaciones evolucionarán continuamente en lugar de permanecer estáticas, predefinidas o mantenidas manualmente. Por qué es importante: En 2026, las organizaciones pasarán de las fases piloto a los primeros niveles de producción, de la automatización fragmentada a las cadenas de valor integrales. Sin embargo, el éxito dependerá de garantizar la fiabilidad y la escalabilidad de los agentes de IA y la eficacia de la química entre humanos e IA. La paradoja sin fronteras de la soberanía tecnológica En medio de la incertidumbre geopolítica, la soberanía tecnológica ha pasado de ser un concepto político a convertirse en una prioridad estratégica. Las naciones y las empresas buscan ahora controlar las tecnologías críticas en un mundo que sigue estando profundamente interconectado. El resultado es una nueva paradoja: la soberanía ya no se define por el aislamiento, sino por la interdependencia resiliente. Dado que no existe una autonomía tecnológica total, las organizaciones se centrarán en la mitigación de riesgos y el control selectivo de las capas clave. Garantizar la continuidad del negocio se convertirá en el imperativo principal a través de proveedores diversificados y alternativas soberanas. También están surgiendo Cloud soberanas y multiclouds, modelos locales de IA, plataformas abiertas y nuevos ecosistemas de chips que ofrecen opciones y flexibilidad estratégica. Por qué es importante: En 2026, continuará la carrera por el control de los elementos críticos de la cadena de valor digital, desde los semiconductores hasta el almacenamiento de datos, pasando por los modelos de inteligencia artificial, mientras que la mayoría de los hiperescaladores y los grandes proveedores de Cloud probablemente lanzarán ofertas de Cloud soberana. Esto tendrá un profundo impacto en la forma en que las empresas mitigan los riesgos y garantizan la resiliencia.